Hablemos de maridajes

Hablemos de maridajes

01/09/2025

En el universo de la gastronomía, el maridaje de vinos y comida es un arte que eleva la experiencia a otro nivel. Pero, ¿qué pasa cuando salimos de las reglas clásicas y nos atrevemos a experimentar? Para descubrirlo, le preguntamos a Rubén, el dueño de nuestro restaurante, sobre sus maridajes más audaces para algunos de los platos más populares de la carta. Su respuesta, como siempre, fue refrescante y llena de sorpresas.

Arroz de pato: un vino con carácter para un plato potente

El arroz de pato es un plato que pide a gritos un vino que esté a la altura. Con su sabor intenso, la grasa del pato y la profundidad de los hongos, necesita un compañero con cuerpo, estructura y personalidad.

Para Rubén, el maridaje ideal es La Senda de los Leñadores de nuestros amigos de Bodegas Aylés. Este tinto, obra del enólogo Jorge Navascués, es un vino "con mucha chicha", goloso y contundente. La acidez y estructura del vino equilibran a la perfección la riqueza del arroz, creando una sinfonía de sabores en la boca.

Pulpo: el tinto que no te esperas 

Si piensas en pulpo, lo primero que te viene a la mente es un Albariño gallego, ¿verdad? Es el maridaje clásico. Sin embargo, Rubén nos cuenta un secreto de la tradición: el pulpo en las ferias se solía beber con Mencía.

Inspirado por esta historia, su propuesta es arriesgada y deliciosa: un vino tinto de la variedad Garnacha. ¿Sus recomendaciones?

  • Montesa: Un Rioja con alma de Garnacha que sorprende por su vivacidad y punto de acidez. Es el tinto perfecto para quienes quieren salirse del blanco sin perder la frescura.
  • Más de Mancuso: De nuevo, un vino de Jorge Navascués. Este Garnacha es un escalón más arriba, un vino moderno y supergastronómico. Tiene la "chicha" y la acidez necesaria para complementar la untuosidad del pulpo, creando una combinación vibrante y memorable.

Aguacate, burrata, pesto y kikos: el maridaje "top" para el plato "top"

Este plato, con su combinación de sabores frescos y texturas cremosas y crujientes, es un desafío para cualquier maridaje. Aquí, Rubén nos sorprende con un blanco inesperado: el Isábena Gewürztraminer de nuestros amigos de Dispac.

Este vino del Somontano es un Gewürztraminer que, gracias a su ubicación en altura, es mucho más gastronómico de lo que se podría esperar. Sus notas aromáticas y su frescura se entrelazan con el dulzor de la burrata, la untuosidad del aguacate y el toque salino de los kikos, creando una armonía perfecta. Sin lechuga en el plato, el vino tiene espacio para brillar y complementa cada ingrediente sin opacarlo.

¿Qué te parecen estas propuestas? ¿Te atreves a probar algo diferente en tu próxima visita?

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